jueves, 25 de diciembre de 2014

capitulo 1'

Menuda sorpresa me llevé cuando vi que solo me quedó una asignatura. Pesadas y agobiantes matemáticas, a ver cuando os vais de mi vida.
Deseo que llegue verano, pero no para pasarlas en casa de la tía Sofi.
Tendría que comprarle algún regalo, el tiempo que pasaría allí coincidiría con su cumpleaños.
Miro los escaparates para ver si hay algo que combine con su estilo, pero nada.
Dejo de pensar justo cuando veo a mi profesora de inglés regañando a un chiquillo que le ha empujado en las escaleras. ¿Qué se creía? Ni que ella a su edad de cinco años no hubiese empujado a nadie.
Llego por fin a casa y lo que menos se me apetece es cenar.
-¿Viki eres tú? -pregunta mi madre.
-¿Quién voy a ser si no? -le digo enfadada.
Es como si estuviese esperando con mas ganas a otra persona que no fuese yo, y eso que soy su propia hija joder, su propia hija.
-Creía que eras Alex, Viki. Él iba a pasarse por aquí esta noche.
-¿Alex, qué Alex? -le digo mucho mas enfadada.
Espero que no fuera lo que estoy pensando. Mi madre se levanta del sofá y deja en la mesa la revista que se compra todos los días. Siempre que termina de verla, se la regala a la vecina de enfrente.
-Ah, creía que lo sabías... Alex es mi novio.
-¿Que es tu qué? Que rápido reemplazas a papá, ¿no?, ya veo lo que te importa.
Mi presencia ante mi madre desaparece en este mismo momento. Me voy corriendo mientras lloro. Ni cierro la puerta de entrada de la casa.
Me duele lo que hizo, y se suponía que yo debería aprender de ella.
Cuando me alejo unos kilómetros de casa, empiezo a caminar despacio.
No puede ser, de repente se pone a llover. ¡Una lluvia veraniega! No sé si eso existe, pero qué mas da, sigue siendo una lluvia veraniega, ¿verdad?
El cielo está como mi noche, negro. Sin pensármelo dos veces voy lo mas rápido posible a casa de Naty. Me refugio en el porche de su casa y me siento en el banco. Me estoy muriendo de frío, pero no sé si pegar al timbre o quedarme aquí a pasar la noche, aunque sea una locura.
-¿Quieres ver a Naty?
-¡Ay que susto me has dado Jorge! -me levanto del banco-.
Me pregunto como ha podido saber que yo estaba aquí, ni siquiera hice ruido.
-Lo siento -se ríe-. No quería asustarte. Naty está en su habitación escuchando música.
-No te preocupes. Voy a subir, ¿vale?
Empiezo a subir las escaleras, y como no, Jorge se me ha adelantado.
-Hola holitas, ¿se puede? -sonrío.
-¿Hola holitas? -suelta una carcajada-. Nunca entenderé tus maneras de saludar.. Pasa pasa, no te quedes ahí plantada -añade.
-Es que quiero que me riegues -bromeo.
¿Es que quiero que me riegues? Mi estupidez aumenta por momentos. Mejor dicho por segundos.
-Tiaaa, ¿te acuerdas del chico de la plaza que conocí el otro día? -se sienta en la cama.
-Síí, ¿como se llama? -me siento en la alfombra.
Estaría mas cómoda sentada en la cama. Su colchón es matrimonial y es muy blandito. Pero su alfombra es tan suave que no me puedo resistir.
-Se llama Adrián..
Naty empieza a describirme como es el chico de la plaza. La escucho atentamente y me sorprendo a cada palabra. Según su descripción, Adrián es alto, delgado y deportista, pelo marrón claro con mechones rubios y de ojos verdosos.
-¡Natyyyy a cenaar! -grita la madre-
¿Sabría que yo estaba allí? ¿Se lo habría dicho ya Jorge? Por no dar molestia, me quedo en su habitación, además, ella me lo ha pedido.
Me tiro en plancha a la cama y me clavo todo el móvil en el trasero.
Se me había olvidado que lo tenía en el bolsillo de atrás.
Eso me suele pasar mucho, siempre me lo tiene que recordar Naty.
Paro un rato la música, estoy mareada.
Aunque ya me las sé de memoria, me pongo a ver los marcos de fotos que tiene en su habitación. Me detengo en la foto de la orla de sexto curso de primaria. Recuerdo a todos mis compañeros, hasta a la más odiosa. Llevo cinco años sin verla y todavía la sigo odiando.
Pasa menos de una hora y Naty ya ha terminado de cenar. Está conmigo y sin yo decírselo, sabe que me voy a quedar a dormir.
Me saca un saco y va a empezar a conciliar el sueño.
-¿Te importa que me quede a dormir? -necesito preguntar-
-No me importa que te quedes a dormir, pero no sueñes con Adrián.
-¡¿Qué?!
-Que no sueñes con Adrián -bosteza.
-Si al menos lo conociera..

No tenía duda de que lo primero que le preguntaría al despertarme, era como conoció a Adrián.
Me quedo casi toda la noche despierta, pensando. Tengo tantas cosas en mí, sabía que pronto explotaría. ¿Desde cuando llevaba mi madre con Alex? ¿Tan pronto había olvidado el divorcio de papá?
Consigo dormirme, intentando no soñar con Adrián.
¡¿Pero qué es esto?! No ha pasado ni dos horas cuando suena mi móvil.
-¿Diga? -dije con voz media ronca-
¿Quién es el tan estúpido o la tan estúpida que llama a las tres de la mañana? Por favor, era para pegarle.
-Viki tu madre está muy preocupada, quiere que vuelves a casa. Siente no habértelo dicho antes, ella creía que lo sabías. Vuelve.
Le cuelgo. Sí, le cuelgo. Tenía mas que claro de que era Alex.
Lo que de verdad me molesta no es ese hombre en sí, puede que sea buena gente. Lo que me molesta es que en menos de un mes desde el divorcio mi madre ya esté con ese tal Alex.
Me vuelvo a dormir, buenas y merecidas noches.