esperando a que me quieras'
sábado, 8 de agosto de 2015
jueves, 25 de diciembre de 2014
capitulo 1'
Menuda
sorpresa me llevé cuando vi que solo me quedó una asignatura.
Pesadas y agobiantes matemáticas, a ver cuando os vais de mi vida.
Deseo que llegue verano, pero no para pasarlas en casa de la tía Sofi.
Tendría
que comprarle algún regalo, el tiempo que pasaría allí coincidiría
con su cumpleaños.
Miro
los escaparates para ver si hay algo que combine con su estilo, pero
nada.
Dejo
de pensar justo cuando veo a mi profesora de inglés regañando a un
chiquillo que le ha empujado en las escaleras. ¿Qué se creía? Ni
que ella a su edad de cinco años no hubiese empujado a nadie.
Llego
por fin a casa y lo que menos se me apetece es cenar.
-¿Viki
eres tú? -pregunta mi madre.
-¿Quién
voy a ser si no? -le digo enfadada.
Es
como si estuviese esperando con mas ganas a otra persona que no fuese
yo, y eso que soy su propia hija joder, su propia hija.
-Creía
que eras Alex, Viki. Él iba a pasarse por aquí esta noche.
-¿Alex,
qué Alex? -le digo mucho mas enfadada.
Espero que no fuera lo que estoy pensando. Mi madre se levanta del sofá y
deja en la mesa la revista que se compra todos los días. Siempre que
termina de verla, se la regala a la vecina de enfrente.
-Ah,
creía que lo sabías... Alex es mi novio.
-¿Que
es tu qué? Que rápido reemplazas a papá, ¿no?, ya veo lo que te
importa.
Mi
presencia ante mi madre desaparece en este mismo momento. Me voy
corriendo mientras lloro. Ni cierro la puerta de entrada de la casa.
Me
duele lo que hizo, y se suponía que yo debería aprender de ella.
Cuando
me alejo unos kilómetros de casa, empiezo a caminar despacio.
No
puede ser, de repente se pone a llover. ¡Una lluvia
veraniega! No sé si eso existe, pero qué mas da, sigue siendo una
lluvia veraniega, ¿verdad?
El
cielo está como mi noche, negro. Sin pensármelo dos veces voy lo
mas rápido posible a casa de Naty. Me refugio en el porche de su
casa y me siento en el banco. Me estoy muriendo de frío, pero no sé
si pegar al timbre o quedarme aquí a pasar la noche, aunque sea una
locura.
-¿Quieres
ver a Naty?
-¡Ay
que susto me has dado Jorge! -me levanto del banco-.
Me
pregunto como ha podido saber que yo estaba aquí, ni siquiera hice
ruido.
-Lo
siento -se ríe-. No quería asustarte. Naty está en su habitación
escuchando música.
-No
te preocupes. Voy a subir, ¿vale?
Empiezo
a subir las escaleras, y como no, Jorge se me ha adelantado.
-Hola
holitas, ¿se puede? -sonrío.
-¿Hola
holitas? -suelta una carcajada-. Nunca entenderé tus maneras de
saludar.. Pasa pasa, no te quedes ahí plantada -añade.
-Es
que quiero que me riegues -bromeo.
¿Es
que quiero que me riegues? Mi estupidez aumenta por momentos. Mejor
dicho por segundos.
-Tiaaa,
¿te acuerdas del chico de la plaza que conocí el otro día? -se
sienta en la cama.
-Síí,
¿como se llama? -me siento en la alfombra.
Estaría
mas cómoda sentada en la cama. Su colchón es matrimonial y es muy
blandito. Pero su alfombra es tan suave que no me puedo resistir.
-Se
llama Adrián..
Naty
empieza a describirme como es el chico de la plaza. La escucho
atentamente y me sorprendo a cada palabra. Según su descripción, Adrián es alto, delgado y deportista, pelo marrón claro con mechones
rubios y de ojos verdosos.
-¡Natyyyy
a cenaar! -grita la madre-
¿Sabría
que yo estaba allí? ¿Se lo habría dicho ya Jorge? Por no dar
molestia, me quedo en su habitación, además, ella me lo ha pedido.
Me
tiro en plancha a la cama y me clavo todo el móvil en el trasero.
Se
me había olvidado que lo tenía en el bolsillo de atrás.
Eso
me suele pasar mucho, siempre me lo tiene que recordar Naty.
Paro
un rato la música, estoy mareada.
Aunque
ya me las sé de memoria, me pongo a ver los marcos de fotos que
tiene en su habitación. Me detengo en la foto de la orla de sexto
curso de primaria. Recuerdo a todos mis compañeros, hasta a la más
odiosa. Llevo cinco años sin verla y todavía la sigo odiando.
Pasa
menos de una hora y Naty ya ha terminado de cenar. Está conmigo y
sin yo decírselo, sabe que me voy a quedar a dormir.
Me
saca un saco y va a empezar a conciliar el sueño.
-¿Te
importa que me quede a dormir? -necesito preguntar-
-No
me importa que te quedes a dormir, pero no sueñes con Adrián.
-¡¿Qué?!
-Que
no sueñes con Adrián -bosteza.
-Si
al menos lo conociera..
No
tenía duda de que lo primero que le preguntaría al despertarme, era
como conoció a Adrián.
Me
quedo casi toda la noche despierta, pensando. Tengo tantas cosas en
mí, sabía que pronto explotaría. ¿Desde cuando llevaba mi madre
con Alex? ¿Tan pronto había olvidado el divorcio de papá?
Consigo dormirme, intentando no soñar con Adrián.
¡¿Pero
qué es esto?! No ha pasado ni dos horas cuando suena mi móvil.
-¿Diga?
-dije con voz media ronca-
¿Quién
es el tan estúpido o la tan estúpida que llama a las tres de la
mañana? Por favor, era para pegarle.
-Viki
tu madre está muy preocupada, quiere que vuelves a casa. Siente no
habértelo dicho antes, ella creía que lo sabías. Vuelve.
Le
cuelgo. Sí, le cuelgo. Tenía mas que claro de que era Alex.
Lo
que de verdad me molesta no es ese hombre en sí, puede que sea buena
gente. Lo que me molesta es que en menos de un mes desde el divorcio
mi madre ya esté con ese tal Alex.
Me
vuelvo a dormir, buenas y merecidas noches.
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